La intervención del Gobierno del estado de Quintana Roo, que encabeza Mara Lezama, es completamente indispensable para lograr la regularización de la colonia Mártires Antorchistas de la ciudad de Chetumal, puesto que las autoridades del ejido Calderitas, núcleo ejidal al que pertenece la colonia en comento, quiere actuar de manera oportunista y ventajosa aprovechándose de la necesidad de los habitantes.
La colonia Mártires Antorchistas, como muchas otras, se formó hace más de 12 años en terrenos ejidales, cuando Chetumal aceleró su crecimiento por la continua migración de gente que buscaba un mejor nivel de vida. Por la falta de apoyo gubernamental a la vivienda y con el objetivo de apoyar, el Movimiento Antorchista en Quintana Roo organizó a las familias de escasos recursos económicos que necesitaban un lugar dónde vivir, ahorraron recursos económicos y juntos, lucharon hasta adquirir un pedazo de tierra donde hoy tienen sus casas.
El patrimonio de los colonos no se pudo adquirir en los lugares exclusivos de la capital porque tenían precios inalcanzables para la gente humilde, así que, no quedó de otra que conseguir tierras en el ejido Calderitas, por la necesidad imperante y porque era lo que podíamos pagar en ese entonces.
Al momento de adquirir las tierras, hicimos todos los trámites necesarios ante las autoridades ejidales, por lo que el ejido Calderitas tuvo conocimiento y avaló la enajenación de esta porción de tierra. Fue Mario Uh Villanueva, quien era comisario ejidal en ese entonces y que hoy nuevamente es comisario, quien autorizó la transacción, misma que fue avalada por la asamblea ejidal.
Es decir, los colonos entramos de manera pacífica y de buena fe a formar la colonia Mártires Antorchistas que, en ese entonces, nadie daba un solo peso por esas tierras, al contrario, se querían deshacer de ellas, pero como dije, se necesitaba dónde vivir. El arduo trabajo organizado, la lucha social y el esfuerzo de los vecinos, que con la guía de líderes antorchistas, logró todo el desarrollo que hoy tiene la colonia a pesar de ser irregular; si bien faltan muchas cosas, tiene mejores condiciones que muchas colonias regulares de Chetumal; quien no me crea, basta con que se dé una vuelta por allá.
Nada de lo que tiene la colonia fue fruto de la buena fe del Comisariado ejidal de Calderitas, mucho menos del Ayuntamiento que ningún peso autorizó para obras y servicios por ser un asentamiento irregular, el Gobierno del Estado nunca invirtió un solo centavo para el bienestar de la colonia con el mismo pretexto de la irregularidad del asentamiento humano.
A pesar del nulo apoyo de las autoridades locales, la colonia cuenta con un puente de concreto que permite la comunicación no sólo al asentamiento, sino a toda la zona que antes estaba incomunicada, tiene camino de entrada con asfalto, varias calles pavimentadas, electrificación en el 80 por ciento de la colonia, alumbrado público, un domo con cancha de usos múltiples; servicios educativos como preescolar, primaria y secundaria, cada una con su clave de registro oficial. Todo esto, conseguido a través de la lucha y de la gestión ante el Congreso de la Unión por líderes y diputados antorchistas.
Sin temor a equivocarme, las obras y servicios que hemos conseguido para la colonia Mártires Antorchistas y que también les sirven a otras colonias aledañas, han servido para que esta zona de la sabana, que antes era despreciada, se convierta en un lugar de crecimiento y fortalecimiento económico de la capital del estado. Basta con echarle un vistazo al Plan de Desarrollo Urbano (PDU) del Ayuntamiento de Othón P. Blanco para reforzar mi afirmación.
Ahora bien, la colonia fue formada con conocimiento del ejido, la prueba es que ellos nunca mostraron inconformidad, se quedaron perplejos ante el desarrollo que poco a poco iba teniendo la colonia. Cuando pedimos que el ejido desincorporara la fracción que poseíamos a través de una reunión de formalidades especiales, para poder regularizar como asentamiento humano, ellos accedieron, no sin antes pedir el pago correspondiente como indemnización al ejido.
Pero el tiempo pasó y los ejidatarios no se ponen de acuerdo, tienen problemas internos que ocasionan que la colonia no se desincorpore del ejido Calderitas. Cada uno de los grupos que llega a la comisaría tiene diferentes ideas para desincorporar la colonia y todo termina en polémica entre ellos, lo cual, termina afectando a los colonos de la Mártires Antorchistas.
Ahora, el actual comisario y su grupo, en su afán de hacerse de dinero fácil, quiere aprovecharse de la gente cobrando entre 30 y 35 mil pesos por la regularización de cada lote, lo que a todas luces es injusto porque desde la gestión de Sergio Chávez Salgado (hace ocho años) el acuerdo aceptado por la asamblea era aportar 2.5 millones de pesos al ejido y 52 lotes, lo que equivale a 7 mil pesos por cada beneficiario.
Los colonos no están de acuerdo con esta postura del Comisariado ejidal y exigen se cumpla el acuerdo tomado originalmente. Mario Uh conoce la posición de los colonos, que es de rechazo total a su propuesta, lo pudo constatar el pasado domingo 21 de mayo cuando fue a la colonia, por cierto, acompañado de Luis Gamero Barranco, subsecretario de gobierno que no sabemos si iba en representación del Gobierno del estado o “como invitado especial”.
Ciudadana gobernadora, Mara Lezama, le pedimos de manera respetuosa, pero firme, intervenga para que este conflicto social que ya lleva muchos años se resuelva en beneficio de los colonos y tengan certeza jurídica. Esperamos muy pronto tener un diálogo con usted o quien usted designe para que entre las partes involucradas se tomen los acuerdos pertinentes que como dije, sea para el bienestar y seguridad de las y los residentes de la colonia Mártires Antorchistas.
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