El combate a la corrupción y la honestidad, fueron la bandera que utilizó el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador para llegar el poder. Siempre que tiene oportunidad proclama que su gobierno trabaja día a día por erradicar la corrupción en el país, al grado de que miles de mexicanos lo siguen creyendo.
Para sorpresa nuestra, la situación ha sido totalmente contraria, su estrategia ha consistido en acusar –la mayoría de las ocasiones sin pruebas-, y denostar a diversas figuras, sobre todo, quienes critican la actual administración. La finalidad es desmoralizarlos y exigir mano dura contra ellos sin pruebas contundentes que demuestren que son culpables, pero de los corruptos que existen en el partido del presidente, en Morena se ha olvidado, veamos.
Hace ya algunos meses circula entre distintos medios de comunicación la noticia que cuestiona la riqueza exuberante con la que cuentan distintos funcionarios que forman parte del gabinete de la 4T; estos funcionarios han mentido y maquillado los datos al momento de hacer su declaratoria personal sobre el monto y los inmuebles que cuentan.
Sobresale el caso del director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, donde mediante una investigación periodística se mencionan que a través de familiares, empresas y presuntos prestanombres se ha hecho de un imperio inmobiliario de 25 propiedades (23 casas y dos terrenos) con un valor aproximado de más de 800 millones de pesos. O el caso de Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, quien ocultó ser propietaria de un penhtouse, ubicado en la despampanante ciudad de Houston, y del sueldo que percibe que asciende a los 10 millones de pesos al año. O el reciente y polémico caso de la Secretaria de la Fundación Pública (responsable de combatir la corrupción) Irma Eréndira Sandoval, donde se muestra en documentos obtenidos a través de fuentes públicas que, a pesar de contar con un salario modesto como investigadora universitaria, compró de contado junto con su esposo el también académico y lopezobradorista John Ackerman cinco propiedades inmobiliarias en solo nueve años y adquirió además de manera indebida por parte del gobierno, un terreno público para su goce privado cuando era académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tras estas publicaciones periodística, la reacción de la 4T ha sido la de defender de una manera furibunda a los funcionarios miembros de su partido, negando y hasta enjuiciando el comportamiento de los periodistas que se han atrevido a cuestionar la fallida filosofía anticorrupción con la que han querido conducir al país, mostrándose enojados y saliendo a pronunciarse de inmediato. El presidente ha salido a la defensa de estos funcionarios y al mismo tiempo ha ordenado abrir una investigación pues argumenta que "no se puede acusar sin pruebas", se le olvida que él ha sido el principal promotor de estas conductas.
El presidente se ha lanzado en contra del Movimiento Antorchista y sus líderes, los ha acusado de corruptos, sin mostrar prueba alguna de su acusación, como en otros casos, usa la palestra pública para señalar.
Una vez más se refleja en este sexenio, que el gobierno mexicano no respeta la transparencia, la rendición de cuentas, la libertad de expresión y, sobre todo, el combate a la corrupción, refleja que estamos lejos de ser representados por un gobierno izquierdista, que haya surgido de las verbenas populares y que comprenda a profundidad, el malestar que sufre diariamente ese pueblo humilde.
El Movimiento Antorchista desde hace 46 años está educando al pueblo, para que puedan conocer su realidad de manera objetiva, para que conozca a profundidad el funcionamiento de nuestra sociedad, porque será solo ese el camino por el cual podrá cambiar su realidad. Por esa razón convocamos a un frente nacional en contra de la falsa 4T y sus funcionarios corruptos y farsantes, convocamos a la unidad del pueblo para el beneficio de ese mismo pueblo. Sólo así cambiará el rumbo de nuestra historia.
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