La explotación del ser humano por el ser humano nació con la propiedad privada y, con ella, la división de clases: entre quienes, por la fuerza, acumularon riqueza y los débiles que no tuvieron más opción que someterse. A lo largo de la historia, este sistema no ha cesado. Como dijo Karl Marx: La explotación del hombre por el hombre solo terminará cuando la propiedad privada desaparezca de la faz de la Tierra.
Del esclavismo, donde el yugo era la tierra y la religión, pasamos al capitalismo, donde el hambre es el látigo que obliga a vender la fuerza de trabajo.
A siglos de aquella tesis, el sistema económico ha mutado para “no matar a la gallina de los huevos de oro”. Del esclavismo, donde el yugo era la tierra y la religión, pasamos al capitalismo, donde el hambre es el látigo que obliga a vender la fuerza de trabajo.
El 1° de mayo: ¿conmemoración o farsa?
Cada año, se “celebra” el Día del Trabajo, fecha que surgió para exigir jornadas laborales justas ante la voracidad capitalista. Hoy, su esencia se diluye: al obrero se le ha convencido de que debe “agradecer” al patrón por explotarlo, o de que trabajar más horas es “necesario” para “vivir mejor”.
Peor aún, esta lucha ha sido secuestrada por sindicatos charros, cómplices de los patrones, que traicionan a los trabajadores que confiaron en ellos.
Paraíso de la explotación
En plena crisis capitalista, es momento de encabezar la resistencia:
• Obreros explotados en fábricas y maquilas.
• Mujeres que entregan su vida en líneas de producción.
• Millones condenados a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir.
El gobierno, lejos de protegerlos, tiende la alfombra a empresas que:
• Pagan miseria por mano de obra.
• No tributan como deberían.
• Saquean recursos naturales sin beneficio para el pueblo.
Justicia para los olvidados
Desde aquí, mi reconocimiento a los trabajadores y mi exigencia de justicia:
• Por los cientos de obreros desaparecidos.
• Por las víctimas de accidentes laborales impunes.
• Por un modelo económico que priorice al pueblo, no al capital.
Este 1° de mayo, marchamos por:
• Salarios dignos.
• Jornadas justas.
• El fin de la explotación.
¡La lucha no termina hasta que la dignidad se haga costumbre!
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