Con 30 votos a favor, 13 en contra y una abstención, el Congreso de Guerrero aprobó la reforma del Código Penal del estado que legaliza el aborto voluntario hasta las 12 semanas de gestación; esta entidad es la octava en despenalizar la interrupción de un embarazo.
La mayoría de los estados lo ha logrado por vía legislativa (Ciudad de México, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Baja California, Colima, Sinaloa y ahora Guerrero), solamente Coahuila lo consiguió por vía judicial tras una sentencia de la Suprema Corte, sin embargo, el estado aún no ha modificado su Código Penal.
La aprobación de esta reforma a seis artículos del Código Penal (del 154 al 159) se dio entre emoción y algarabía de unas 200 feministas que se reunieron afuera de la sede del poder Legislativo, que estallaron en gritos, porras y reconocimiento a los legisladores, y el rechazo de grupos religiosos y provida; también se derogó el 158, que castigaba con penas de uno a tres años de prisión el aborto que se produjera fuera de las causales de violación, riesgo para la salud, aborto provocado o inseminación artificial no consentida.
La decisión es histórica porque es la primera vez que un congreso decide eliminar por completo la penalización del aborto más allá de un plazo determinado, por ejemplo, en Veracruz y en Hidalgo, la despenalización seguía contemplando el delito de aborto más allá de las 12 semanas.
En Guerrero, las feministas llevaban 14 años tratando de colocar la reforma del aborto en el debate legislativo, pero su discusión se había postergado en muchas ocasiones. La semana pasada, no se llegó al quórum necesario para la votación debido al boicot de diputados conservadores de la cámara, sin embargo, tras alcanzar la mayoría en el congreso durante las pasadas elecciones, Morena, el partido en el gobierno e impulsor de la medida, consiguió los votos necesarios para sacar adelante la reforma, que, aseguran, es para evitar más muertes de mujeres que se someten a abortos clandestinos. Es un logro para la vida de las mujeres, su libertad y sus derechos.
Guerrero, uno de los estados más azotados por la violencia en el país y con uno de los mayores índices de pobreza y desigualdad, donde también es difícil acceder a los servicios de salud, también es una entidad con mayor numero de embarazos infantiles y muertes maternas, de las que un gran porcentaje tiene que ver con los abortos practicados de manera insegura e insalubre.
Esta lucha la han ganado las guerrerenses para que se proteja la vida de las niñas y mujeres, muchas de ellas violadas y obligadas a continuar su embarazo por el machismo que impera en la entidad; es un paso importante para la conquista de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, pues hay casos de mujeres encarceladas por aborto espontáneos, por eso era importante garantizar a las más pobres el acceso a un aborto libre, seguro y gratuito.
En este contexto, mientras feministas festejaban lo que consideran un logro, Isabel N., de 48 años de edad, ondeaba una bandera mientras un torrente de lágrimas escurría por sus mejillas al recordar que tuvo que someterse a un aborto clandestino hace ya 17 años y tener presente esos momentos de terror minuto a minuto.
“Es espantoso porque no sabes si saldrás viva de esos lugares lóbregos y antihigiénicos, por cierto, lleno de figuras religiosas, donde se practican abortos a precios muy excesivos y a través de procesos dolorosos y en mi caso, inolvidables, pues cierro los ojos y puedo contar a detalle, minuto a minuto lo que pasó en ese lugar. Esto no significa que las mujeres estarán haciendo filas en las clínicas para abortar, pero los abortos son reales, ocurren todos los días y en todos los ámbitos sociales, esta reforma significa la disminución de muertes de mujeres por practicarse este proceso de manera clandestina”.
“Yo estoy viva para contar mi historia, hoy no puedo porque el escalofrío que sentí en esa fría cama aún recorre mi cuerpo y sigo pensando en ese bebé, que en los próximos días cumpliría 17 años. No es fácil como muchos piensan, es un cúmulo de emociones encontradas, aunadas al dolor físico que provoca ese proceso espantoso y si hoy puede practicarse de manera libre, segura, con menos riesgo y menos trauma para las mujeres, adelante”, relató Isabel.
En efecto, como afirman grupos feministas, esta lucha la ganaron las guerrerenses para proteger la vida de las mujeres y las niñas, es un paso importante para la conquista de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en México, pues ha habido mujeres encarceladas por abortos espontáneos, por eso era importante garantizar a las más pobres el acceso a un aborto libre, seguro y gratuito.
El tema es difícil y sigue causando polémica en Guerrero, en el caso de la iglesia católica, a través de sus autoridades eclesiásticas como el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González; obispo de la diócesis Chilpancingo- Chilapa, José de Jesús González Hernández y monseñor Dagoberto Sosa Arriaga, obispo de Tlapa de Comonfort, señalaron que el aborto también es una violencia muy grande contra la mujer, contra su cuerpo, contra sus instintos primarios, contra sus sentimientos y emociones y muchas veces, lo hace presionada por la irresponsabilidad paterna.
Lamentaron no haber sido tomadas en cuenta muchas voces que se oponían a la aprobación de la ley y reconocieron a todas las personas que oraron por los legisladores y que se mantuvieron firmes y públicamente defendiendo la vida de cada ser humano, así como a los legisladores que mantuvieron en alto el valor de la dignidad humana.
Los obispos puntualizaron que, el que una ley permita a las mujeres abortar hasta las 12 semanas de gestación, no cambia el hecho de que se trata de la eliminación de un niño o niña, algo que calificaron de aberrante, ya que el primer derecho que tienen los seres humanos es que no nos maten, es un derecho que se convierte en obligación universal: no matarás, cada ser humano tiene el derecho de vivir desde que fue concebido.
Obispos de Guerrero mencionaron que el Artículo primero de la constitución mexicana garantiza la igualdad de todo individuo, expresamente prohíbe cualquier discriminación motivada por la edad, “a todos nos resulta claro que nadie puede ser asesinado por no tener una semana más de existencia. Esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano”.
Lo indiscutible, es que la reforma decrecerá el número de niños en las calles, pidiendo limosnas o haciendo malabares para sobrevivir; el número de niños viviendo en pobreza extrema; el número de mujeres maltratadas y abusadas por sus propias parejas y sometidas a un matrimonio infeliz, y lo más importante, disminuirá también el número de muertes de niñas y mujeres que se someten a abortos clandestinos, ya que, como es conocido a nivel nacional e internacional, en Guerrero hay pueblos que no reciben educación sexual ni métodos de anticoncepción y también hay pueblos donde persiste el matrimonio infantil por conveniencia o por usos y costumbres.
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