La semana pasada, estudiantes de nivel medio superior y superior de varias instituciones de la entidad, salieron a la calle a protestar y marcharon hasta las oficinas de la "Secretaría del Bienestar" (antes SEDESOL), para demandar la entrega de becas "Benito Juárez", que no les han entregado a pesar de ser buenos estudiantes (varios de ellos de excelencia académica), de escasos recursos económicos y en su mayoría ex becarios del programa Prospera.
Quien "atendió" a los estudiantes fue la Coordinadora del Programa Estatal de becas "Benito Juárez", Ana Luisa Núñez Abud, quien les dijo que sus demandas serían canalizadas a la Ciudad de México, pero que, quienes no estudiaran en escuelas públicas no tendrían beca, porque ahora, según las reglas de operación, los criterios para la asignación de las mismas no son la pobreza y marginación de los beneficiarios, sino el tipo de clave de las escuelas en que estudian.
En San Luis Potosí ( 11° lugar en índice de pobreza según el CONEVAL), 38, 941 estudiantes, o sea el 36.1 % de los que cursan el nivel medio superior, lo hace en instituciones "privadas", el índice más alto a nivel nacional, que se explica porque en 1986, debido a los conflictos políticos al término del periodo como gobernador de Carlos Jongitud Barrios, durante el interinato de Leopoldino Ortiz Santos y la rectoría universitaria recién ocupada por Alfonso Lastras Ramírez, con "el afán" de sofocar "algunos problemas", el gobierno determinó poner fin a la existencia de las escuelas preparatorias de la UASLP, dejando así, de la noche a la mañana a la población estudiantil sin esta posibilidad para poder cursar sus estudios, por lo que tuvieron que buscar otras opciones bajo diferentes modalidades, creando mediante la lucha estudiantil escuelas que sólo de nombre son privadas pues dan cabida a estudiantes de bajos recursos económicos, que funcionan en muchos casos gracias al altruismo de directivos y académicos, así como al apoyo de padres de familia y a la organización del pueblo; a las que el gobierno les niega tozudamente la clave de escuela pública para no asumir su responsabilidad, tal es el caso del "Instituto Ponciano Arriaga" o algunas Preparatorias por cooperación y Bachilleratos comunitarios.
Con el recorte al padrón de becas de Prospera que debieron "migrar automáticamente" a becas Benito Juárez y no lo hicieron, se hace doble o triplemente víctimas a los estudiantes de las malas decisiones gubernamentales, pues en su afán de ganar votantes entre la juventud, modificaron las reglas de operación pero dejaron fuera a miles y miles de ellos que antes recibían beca. Además, tomando en cuenta que con Prospera recibían los niños y la jefa de familia, la diferencia con lo entregado actualmente es insignificante el aumento o de plano es inferior; veamos: En una familia de 3 miembros, un niño de primaria, la madre y un estudiante de bachillerato, recibía 950 el niño, más 950 la madre, más 1,250 el bachiller= $3,150; con la Benito Juárez serán 1600 de la beca básica, más 1600 del bachiller = $3,200; cincuenta pesos más cada dos meses. Sin embargo, si el estudiante fuera de secundaria y no de primaria, el monto sería: 1,200, más 950 de la mamá, más 1,250 del bachiller= 3,400, mientras que la Benito Juárez quedaría igual: 3,200, lo que representa 200 pesos menos para la familia, pues la beca básica aplica por familia, no por cada estudiante y no contempla a la madre. Por otro lado, la beca era recibida por la madre, eficiente administradora en cualquier familia; hoy los jóvenes reciben directamente el recurso y lo invierten muchas veces en cosas superfluas o hasta dañinas como el alcohol.
¿Qué sentido tiene, quitar la beca Prospera que se daba por niño, a cambio de dar apoyo a los universitarios y un poco más por bachiller? Uno muy claro: por un lado, los niños no votan y los que hoy tienen 16 años o más, lo harán para el 2021; pero además, la población que cursa la primaria y secundaria es muchísimo mayor que la que llega a una carrera universitaria, por tanto le está quitando el gobierno a las familias por un lado, para darle menos recursos por otro; y aquí no vale el argumento de que es para incentivar el estudio, porque entonces deberían darse ambas becas por alumno y no por familia cómo se hará ahora a los de educación básica. Un juego político perverso.
Además, los que debieron ser contemplados de acuerdo a las nuevas reglas de operación, aún no reciben su beca por descontrol, ineficiencia o mala fe. Por ejemplo, en declaraciones emitidas por Núñez Abud a "El Sol de San Luis", aparecidas en nota del 30 de abril del reportero Felipe Cárdenas, el padrón que registra la dependencia es de 45, 236; mientras que en el documento de diagnóstico titulado Programa de Beca Universal para la Educación Media Superior "Benito Juárez" aparece que en San Luis Potosí estudian en escuelas públicas 69,063; dato que revela que 23,827 estudiantes de este nivel no están siendo contemplados por la Secretaría del Bienestar en su programa de becas, injusticia que se agrega a las anteriores.
Resumiendo: La primer injusticia del gobierno cometida contra los estudiantes pobres es que desapareció escuelas públicas, obligándolos a estudiar en escuelas con clave "particular"; la segunda Injusticia es que el actual gobierno federal retiró las becas a jóvenes que venían recibiéndolas por parte de Prospera en diversas modalidades del Programa Nacional de Becas, incluidos los de escuelas "particulares"; la tercer injusticia es que el gobierno morenista no ha entregado a todos la beca y miles no aparecen siquiera en el padrón, y no hay quien acierte a dar, mínimamente, una razón. Otra importante injusticia que comete el gobierno es negar la clave de escuelas públicas a instituciones que lo han solicitado siempre, evadiendo su responsabilidad de otorgar educación como lo marca la ley.
Este botón es muestra de lo que sucede también en los otros niveles, por eso, con justa razón están molestos e inconformes los estudiantes, pues dice el dicho popular: después de cornudos, apaleados. La 4T ha venido a quitarles un apoyo que algo hacía menos pesada la carga económica de los pobres. Por eso tienen toda la razón del mundo en inconformarse, en protestar, y seguramente cada vez más estudiantes saldrán a la calle junto con ellos y habrán de recibir el decisivo apoyo de la población, que no los dejará solos en su lucha por lograr que se cumpla lo que es ya su derecho a las becas. Adelante jóvenes estudiantes, ustedes son ya parte importante del presente de la patria.
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