MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los mexicanos debemos aspirar a que el mundo sea multipolar

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Estados Unidos se sintió después de la segunda guerra mundial y, sobre todo, después del colapso del bloque socialista en 1991, amo y señor del mundo.

Queriendo imponer su modo de vida, su visión de las cosas y, más que nada, imponiendo sus intereses económicos sobre el resto de los países, no descansó sino hasta provocar la desintegración de la URSS y restablecer ahí y en los demás países socialistas el régimen llamado de “libre mercado”.

Asimismo, impuso, en pocas palabras, casi un mundo unipolar en donde solo él y un puñado de países capitalistas decidan el destino del planeta. Para ello utilizó la fuerza militar –invasiones, golpes de estado, revoluciones de colores–, las sanciones y bloqueos económicos y la diplomacia perversa.

Sin embargo, el mundo  está cambiando ante nuestros ojos, y se dirige en sentido opuesto:  a un mundo multipolar con China y Rusia a la cabeza. Un mundo en el que cada país decida su futuro, donde cada país se desarrolle social y económicamente con base a relaciones justas con el resto de países, un mundo donde no se saqueen los recursos naturales de los pueblos ni se impongan formas de gobierno acordes a los intereses de las élites norteamericanas y occidentales; en pocas palabras un mundo mejor para los pobres.

Dos países, China y Rusia, encabezan esta nueva tendencia y configuración del mundo multipolar. China es la segunda economía del mundo, pronta, dicen algunos, a desbancar a Estados Unidos como la primera potencia planetaria. Ha sacado en poco tiempo a cientos de millones de chinos de la pobreza y mantiene relaciones justas —no relaciones de saqueo y de dominio—, de cooperación económica, científica y cultural con países de África, América, Asia y el resto del mundo. 

Rusia, a la que consideraban occidente y Estados Unidos una presa fácil a la que podían someter y destruir mediante una guerra y sanciones económicas coordinadas del mundo occidental, se muestra ahora más fuerte que nunca, y mantiene a raya a la poderosa OTAN en la guerra en Ucrania.

La intención de las poderosas élites del dinero en occidente era utilizar al gobierno fascista de Ucrania para desmembrar a Rusia y convertirla en pequeñas repúblicas para de esta manera saquear sus vastos recursos naturales. 

En México hay una triste realidad: bajo el gobierno de la 4T, nuestro país sigue sometido a lo que diga el poderoso país del norte, sin intento por una vida independiente como país. 

Pero junto a China y Rusia, países como la India, Irán, Sudáfrica, entre otros, se alzan por un mundo multipolar y han formado un poderoso bloque económico llamado Brics, para salirse del sometimiento de occidente. 

Brics busca afanosamente un desarrollo económico con base en el intercambio comercial justo con el resto del mundo. Y es un bloque económico que se mide ya al tú por tú con el G7 conformado por los países capitalistas como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, Italia y Canadá. Estos últimos pugnan por un mundo unipolar encabezados por Estados Unidos, es decir, un mundo liderado por una sola potencia que someta al resto del mundo. 

Estados Unidos, así lo dicen los expertos, es un país que ha entrado en una fase de decadencia económica y social, lo cual se ve por los innumerables problemas que viene enfrentando su sociedad.

La violencia, tiroteos en escuelas y calles es pan de todos los días en ese país; millones de estadounidenses son dependientes de las drogas: hoy el fentanilo mata a decenas de miles de jóvenes estadounidenses sin que el gobierno haga nada; durante la pandemia de Covid-19 alrededor de un millón de personas murieron, mostrando con ello un sistema de salud en quiebra e ineficiente; las huelgas en el sector automotriz (en la Ford, General Motors y Stellantis), en el sector salud y en el del entretenimiento, con sindicato de guionistas.

¿Y México? Triste realidad. Bajo el gobierno de la 4T, nuestro país sigue sometido a lo que diga el poderoso país del norte, sin intento alguno 

por una vida independiente como país. 
Sometidos económicamente y saqueados en nuestros recursos naturales por el T-MEC y por otras vías, políticamente nos imponen que debemos tener un régimen a semejanza del estadounidense: “democrático”.

Ideológicamente nos inundan a través de los poderosísimos medios de comunicación con la propaganda que a ellos les conviene, y distorsionan la realidad a su conveniencia, como vemos hoy en lo que sucede en Ucrania. 

Los mexicanos debemos aspirar a que el mundo multipolar, en el que cada país sea verdaderamente soberano y dueño de su destino, se consolide definitivamente. Solo así podremos pensar en un mundo donde no haya pobreza y desigualdad. No será fácil, pero ese es el reto.

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