Este fue el título de la conferencia impartida por Jassón Celis Córdova, presidente de la Comisión Nacional Estudiantil del Movimiento Antorchista Nacional, de la primera Conferencia Regional del Noroeste que agrupó en Culiacán a unos 150 jóvenes de Baja California, Sonora, Baja California Sur y Sinaloa.
Las ideas vertidas en la plática son muy importantes y todos los jóvenes, cuando menos los jóvenes nacidos en el seno de familias trabajadoras, deberían conocerlas. Por eso recordaré algunas de las ideas principales expuestas ahí.
Para conocerla científicamente, hay que estudiar la realidad. Como los hombres vivimos en sociedad, hay que saber cómo funciona esta. La sociedad actual todo lo vende y por lo tanto los que no tienen dinero para comprar alimentos, por ejemplo, no pueden comer o no pueden comer bien. Si la gente no puede tener ciertos bienes indispensables se debe precisamente a la falta de dinero.
Por otro lado, hay gente que tiene para comprar muchas cosas más allá de las indispensables porque tiene dinero de sobra: yates, casas en distintas ciudades y países, joyas, automóviles de superlujo y mucho más de lo que pueden consumir, aun si poseyeran las capacidades de consumo humanas más extraordinarias. Así es: la posibilidad de comprar cosas de algunas personas es absurda.
La anterior contradicción entre los que pueden comprar mucho, más allá de los límites humanos del consumo y los que no pueden comprar ni lo más básico se explica porque hay una mala distribución de la riqueza. México es de los países que peor distribución de la riqueza tienen: los que tienen mucho son muy pocos y los que nada poseen son la inmensa mayoría.
La desigualdad no está estacionada; va creciendo día con día. Carlos Slim, por ejemplo, en los años de pandemia, incrementó su fortuna fabulosamente, y así por el estilo los principales magnates del país y del mundo, mientras que la mayoría de la población enfrentó muchos problemas económicos derivados de la covid-9.
Hoy se le da atole con el dedo a los jóvenes con la esclavizante herramienta de las redes sociales, que los mantiene alejados de los problemas sociales juveniles, cuando estos menudean.
A la juventud se le atiborra de información sobre jóvenes exitosos y ricos: cantantes de corridos tumbados, youtubers, instagrammers y otros “influencers”, logrando así crear en ellos la ilusión de que todos pueden seguir dichos modelos de conducta y llegar a ser ricos. Sin embargo, sólo unos pocos de cada generación pueden destacar y hacer dinero. Es una regla, entonces, del sistema actual, enriquecer sólo a pocos, con el señuelo de que todos pueden alcanzar un futuro rodeados de abundante y reluciente oro.
Asimismo, se le da atole con el dedo a la juventud con la masiva, atractiva y esclavizante herramienta de las redes sociales. Así se mantiene a los jóvenes a la distancia de los problemas sociales.
Pero los problemas del entorno juvenil menudean: inseguridad, desempleo, violencia creciente, educación de mala calidad, bajos ingresos, falta de vivienda, entre otros, aquejan a la juventud mexicana. ¿Quién cambiará esta situación? ¿Los partidos de siempre o los nuevos pero compuestos de políticos de la vieja escuela que no han sabido más que saltar adonde su “olfato político” les indica que es momento de hacerlo? ¿Esos le van a ofrecer algo nuevo a los jóvenes?
Definitivamente no. Por eso los estudiantes mexicanos deben hacer política; para que no la haga alguien más por ellos, en su contra —José Ortega y Gasset dixit— como ocurre ahora. Y ya decididos a esto, los estudiantes deben organizarse para representar una verdadera fuerza social que luche por cambiar los problemas de los que son víctimas.
Hasta aquí la conferencia. Vale la pena agregar que esto es válido, cambiando c por b, para toda la población que vive con carencias, y no sólo para la juvenil. Todo el México sufriente por el actual estado de las cosas debe despertar del sueño en el que se le ha sumido; rebelarse contra la manipulación gubernamental de cualquier tipo y hacer política, porque si no, a poco que reflexione se dará cuenta de que se está haciendo, pero en su contra.
A unirse pues, juventud crítica y estudiosa, con los trabajadores de vanguardia del país; a unirse con los hartos ya de siglos de abusos y marginación. Organizados y siguiendo metas comunes, sabrán caminar.
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