Como dije en mi colaboración anterior, este 5 de junio de 2022 nuevamente habrá elecciones en nuestro país, esta vez en seis estados de la República que renovarán sus gubernaturas. En Durango, además, se eligen 39 alcaldías, 39 sindicaturas y 327 regidurías, y en Quintana Roo, 25 diputaciones locales. Dije también, que estas elecciones son muy importantes porque las seis entidades tienen poco más de 14 millones de habitantes, lo que representa un 11.4 por ciento del total de la población del país. Una cifra nada despreciable si lo vemos como una estrategia electoral, puesto que la elección presidencial del 2024 está a la vuelta de la esquina.
En esta ocasión, quiero hacer un breve y apretado análisis en torno a las elecciones para Gobierno del estado de Quintana Roo. Es probable que a los políticos de esta bella entidad no le interese mi opinión con respecto al particular, sin embargo, lo hago para que mis posibles lectores conozcan el punto de vista del Movimiento Antorchista de Quintana Roo y mis compañeros antorchistas quintanarroenses tengan en cuenta nuestra opinión. Veamos.
Quintana Roo fue gobernado por el PRI desde su fundación como estado libre y soberano en 1974, hasta las elecciones estatales de 2016, cuando la alianza opositora (PAN-PRD) que postuló a Carlos Joaquín González como candidato a gobernador logró derrotar al PRI, en ese entonces, en alianza con el PVEM y Panal que había postulado a Mauricio Góngora como candidato, terminando así, con 42 años de gobiernos priistas en la entidad.
Como sucedió a nivel nacional, la derrota del PRI en Quintana Roo fue, precisamente, porque la gente ya estaba harta de la falta de resultados, corrupción de la clase política, el exceso de poder de los priistas que no conocía límites, la falta de atención de las necesidades de la clase marginada y un largo etcétera. También, claro está, que tuvo mucho que ver la lucha de los diferentes grupos al interior del PRI que se disputaban el poder político en el estado. A esto, se sumó todos los errores, corrupción y demás del exgobernador Roberto Borge Angulo que hoy se encuentra en la cárcel.
Después de que Carlos Joaquín venciera a Mauricio Góngora con 10 puntos de diferencia, el hoy jefe del Ejecutivo estatal, se comprometió a ser un gobernador serio, disciplinado, responsable y que cumpliría con los compromisos hechos en campaña. Algunos de esos compromisos fueron, precisamente, la justicia, la equidad, la disminución de las desigualdades y, además, señaló que trabajaría con firmeza por mejorar la seguridad en el estado entre otras cosas ¡La victoria de la alternancia estaba consumada!
Ahora bien, ¿qué tanto se han cumplido los compromisos de campaña de Carlos Joaquín a poco menos de un año que termine su gestión? Hay datos que revelan cómo está la situación en Quintana Roo, por ejemplo: de acuerdo con el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2021 que publicó la Secretaría del Bienestar, hay un millón 184 mil 826 personas que viven en marginación, es decir un 67.26 por ciento de la población. Además, 96 mil viviendas no cuentan con los servicios básicos, 34 mil 259 no tienen acceso al agua, dos mil 254 carecen de electricidad; por mencionar algunas necesidades muy sentidas.
A esto se le agrega que, de acuerdo con el reporte elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de enero a julio de 2021, Quintana Roo se coloca en segundo lugar a nivel nacional con mayor tasa de desempleo porque hubo 57 mil 162 personas desocupadas, es decir, individuos que forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA) pero que carecen de empleo. Hasta hoy día, la falta de empleo sigue siendo un grave problema, aunque las autoridades digan lo contrario.
Pudiéramos decir que la falta de empleos es ocasionada por el incremento acelerado de contagios de SARS-CoV-2 pero también tiene que ver los movimientos migratorios y la inseguridad que coloca a Quintana Roo como foco rojo en el país y en el mundo. Al estado conocido como “la joya del caribe mexicano” y al gobierno de la “alternancia” no les ha ido nada bien.
Si vemos este escenario de manera muy fría, existen muy pocas posibilidades reales de que el PRD o el PAN o los dos en alianza, que fueron los partidos con los que Carlos Joaquín González ganó en 2016, puedan repetir la hazaña, puesto que el PAN y el PRD nunca han tenido estructura partidaria, bueno, el PAN sí, un poquito, pero no tienen quien trabaje en campo de manera continua, sólo durante la campaña donde deben pagarles, sino no se mueven. En realidad, la elección de 2016 la ganó Carlos Joaquín por el hartazgo social que existía, no los partidos que lo postularon.
Entonces, ¿qué esperamos para las próximas elecciones del 5 de junio en Quintana Roo?
0 Comentarios:
Dejar un Comentario