* Abandono oficial, migración y erosión, entre las causas
* Evaluación del campo basada en fotos aéreas, imprecisa
Es falsa la versión del gobierno federal respecto a que la siembra de hectáreas vaya a aumentar en Guerrero porque, al menos desde hace diez años, la frontera agrícola para maíz en todo el estado era de 500 mil hectáreas y ha venido disminuyendo por diversas razones, como abandono, migración, erosión y compactación de suelos.
La actualización de la estadística y evaluación de los apoyos al campo basada en fotografías aéreas para estimar la siembra es imprecisa y es necesario realizar mediciones más modernas para tener datos reales sobre la situación del campo en las regiones Montaña, Costa Chica, Costa Grande, Acapulco, Centro, Tierra Caliente, Norte y Sierra de Guerrero.
Asimismo, se deben evaluar los apoyos al campo debido a sus fallas y consecuencias. Por ejemplo, la afectación a la tierra que ocasiona el fertilizante gratuito y la falta de asistencia técnica a los campesinos del estado. A raíz del paso del huracán “John”, diversas voces han alertado sobre la caída de la producción agrícola porque las milpas se perdieron con las intensas lluvias de septiembre pasado, sin que hasta la fecha hayan recibido ayuda por parte de los gobiernos federal, encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo, y estatal, a cargo de la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda, ambas de Morena.
En Guerrero, la producción en los últimos tres años se ha mantenido sin cambios notables: en un millón 85 mil toneladas en promedio anual, a pesar de las pérdidas en la Costa Grande y Costa Chica causadas por los huracanes “Otis” en 2023 y “John” en 2024, que fueron compensadas con crecimientos en las regiones Centro y Norte.
Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en la Costa Grande la superficie cosechada es sólo de 40 % de la superficie sembrada con maíz, y estas pérdidas de casi 60 % en las siembras cada año probablemente son causadas por los huracanes y otros fenómenos meteorológicos.
Datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Sader indican que, en la Costa Grande, en 2024 se cosechó sólo el 41.8 % de la superficie sembrada; en 2023, el 42 % de las hectáreas sembradas, y en 2022, el 42 %.
La producción de maíz grano en la Costa Grande cayó 8.2 % de 2022 a 2024, cuando impactaron los huracanes “Otis” y “John”; en la Costa Chica disminuyó 7.6 %, según datos del SIAP.
Los campesinos del Distrito de Desarrollo Rural (DDR) de Atoyac, que engloba los municipios de la región Costa Grande, cosechan menos de la mitad de lo que siembran. En 2022 fueron 77 mil 214 hectáreas sembradas y 32 mil 856 hectáreas cosechadas; en 2023, 77 mil 316.20 sembradas y 32 mil 585.82 cosechadas, y en el ciclo de 2024, 76 mil 441.20 sembradas y 31 mil 992.71 cosechadas.
En los ciclos agrícolas otoño-invierno, primavera-verano y las modalidades de riego y de temporal, el SIAP reporta que la producción total de maíz grano en el DDR de la Costa Grande alcanzó en 2022 las 81 mil 42.12 toneladas, con un rendimiento de 2.47 toneladas por hectárea. Se sembraron 77 mil 214 hectáreas y se cosecharon 32 mil 856.
En 2023, la producción de maíz grano en la región ascendió a 79 mil 902.91 toneladas, con un rendimiento de 2.45 toneladas por hectárea. Se sembraron 77 mil 316.20 hectáreas y se cosecharon 32 mil 585.82.
La diferencia entre ambos años, periodo en el que ocurrió el huracán “Otis”, fue de mil 139.21 toneladas, es decir, 1.4 %.
Con fecha de corte al 31 de diciembre de 2024, el SIAP reportó 74 mil 323.08 toneladas de maíz grano producidas el año pasado, con un rendimiento de 2.32 toneladas por hectárea. Hasta esa fecha, sumaban 76 mil 441.20 hectáreas sembradas y 31 mil 992.71 cosechadas.
Estos datos revelan que la producción bajó de 2023 a 2024 en 5 mil 579.83 toneladas, o sea, 7 %, y en comparación con 2022, la caída en la producción el año pasado fue de 8.2 %, lo que equivale a 6 mil 719.04 toneladas menos.
En 2021, la producción de maíz grano en la Costa Grande sumó 77 mil 394.28 toneladas; en 2020, 76 mil 62.60 toneladas; en 2019, 57 mil 413.32 toneladas, y en 2018, 61 mil 833.76 toneladas. En esta zona y en la Sierra, el panorama aún luce desolador: son incontables las milpas y árboles derribados que fueron arrancados de raíz, sin que los campesinos tengan certidumbre sobre qué hacer para resarcir los daños.
En enero de este año, la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum, ofreció en la Costa Chica, específicamente en San Luis Acatlán, fertilizante para todos los productores, asistencia técnica y créditos, que es precisamente lo que se requiere para reactivar el campo.
El sector rural no debe ser olvidado porque representa un motor importante en la economía de la entidad, y en este asunto deben enfocarse los gobiernos federal, estatal y municipales con el fin de atenuar las graves necesidades que enfrentan miles de familias que se dedican a las labores del campo.
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