México sufre un aumento de temperaturas como nunca antes se había vivido. Este ha llegado, en días pasados, a más de 50 grados Celsius en diversos municipios del país, como son los casos de Ciudad Valles, San Luis Potosí; Tepalcatepec, Michoacán; Ciudad Juárez, Chihuahua; Navojoa, Sonora; Huetamo de Núñez, Michoacán; Mexicali, Baja California; San Luis del Río Colorado, Sonora.
Aunque estos son únicamente los casos más extremos, son numerosos los comentarios a lo largo y ancho del territorio nacional que afirman que la temperatura que se siente en el lugar donde están nunca antes había estado así de intensa.
Este aumento de la temperatura, producto del incremento de los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, emitido principalmente por la quema de combustibles fósiles, materiales biológicos o como producto de algunas reacciones químicas en la producción de ciertas mercancías como el cemento; el metano (CH4), emitido en el transporte de combustibles fósiles, en algunas prácticas ganaderas y agrícolas o en la descomposición de residuos orgánicos en los rellenos sanitarios municipales; así como el óxido nitroso (N2O), emitido durante actividades agrícolas e industriales; y los gases fluorados, como el hexafluoruro de azufre y el trifluoruro de nitrógeno, emitidos en diversos procesos industriales y que son profundamente dañinos para la capa de ozono, pese a ser emitidos en bajas cantidades, llegando a ser conocidos como Gases de Alto Potencial de Calentamiento Global.
En fin, esta mezcla de diversos gases provoca en el planeta lo que se conoce como efecto invernadero, que no es otra cosa más que los rayos solares que llegan a la tierra ya no sean reflejados hacia el espacio y, por tanto, la temperatura de la tierra aumente desencadenando diversos fenómenos como problemas con el agua.
Y digo problemas con el agua no sólo refiriéndome a la escasez. Ya que el cambio climático, producto del efecto invernadero, trae consigo afectaciones muy complejas al agua en el planeta. El aumento de las temperaturas a nivel mundial eleva la humedad en la atmósfera, lo que da como resultado más tormentas y lluvias torrenciales, pero paradójicamente también produce periodos de sequía más intensos a medida que se evapora más agua de la tierra, cambiando así los patrones climáticos globales sucediendo que las zonas geográficas afectadas por inundaciones y/o sequía extrema no sólo incrementan en cantidad y también calidad.
Dos fenómenos que son parte de un mismo problema, para evidenciar la situación recordemos todos como hace no mucho tiempo en el centro del país las grandes trombas de agua azotaban a toda la población provocando inundaciones y demás afectaciones; mientras en Nuevo León, las familias regiomontanas pasaban semanas sin gota de agua.
Es así como se explica lo que está sucediendo en México. Ante esta situación, como siempre, los más afectados ya sea por los intensos golpes de calor que traen como consecuencia afectaciones de salud y que día con día suman más casos de hospitalizados por insolación y deshidratación; las intensas lluvias torrenciales que desencadenan inundaciones afectando a las viviendas de la población que vive en esas zonas o, por la escasez de agua que trae consigo problemas de higiene dejando vulnerables a posibles enfermedades ya que las personas tienen que escoger entre lavar su ropa, bañarse o lavar sus trastes, dificultando terriblemente su día a día.
Después de ver todas las complicaciones y sus gravísimas consecuencias, en la ciudadanía surge la duda de ¿qué están haciendo los funcionarios públicos de los distintos niveles cuyo deber es procurar el bienestar de la población y dar solución a este tipo de problemas?
La respuesta puede variar dependiendo del lugar desde donde el lector esté leyendo este artículo, pero en general las acciones realizadas por los distintos funcionarios se limitan a acciones que no solucionan el problema, además de que este tipo de medidas no son para toda la población. Mientras en algunas colonias (por lo regular las más humildes y donde vive la mayor parte del pueblo trabajador que mueve la economía del país) se les dice a sus habitantes que cuiden el agua y se limite su uso a las cuestiones más indispensables (muchas de las veces, además, las autoridades recurren a medidas impositivas, como abrir las válvulas del suministro, abriéndolas en horas tardías como la noche/madrugada o abriéndolas con una presión muy baja que no alcanza a subir hasta un sistema de almacenamiento, si es que se cuenta con uno); en otros lugares (generalmente fraccionamientos o residenciales donde vive las familias de los funcionarios públicos o de los empresarios) se les permite su uso irresponsable, dando como resultado un inequitativo uso del agua.
Y este problema no se limita únicamente a los usuarios sino también a las grandes empresas porque se sabe por informaciónproveída por la dependencia encargada de la administración, regulación, control y protección de las aguas nacionales en México, la Conagua, misma que debido a su mala administración es uno de los focos rojos de la 4T, que existen grandes concesiones de agua a las empresas transnacionales, siendo de los casos más alarmantes los 48 permisos para la extracción de agua a la empresa Coca-Cola de grupo FEMSA, que tiene una extracción anual de 653,854 metros cúbicos, lo que da un total de 653,854,000 litros de agua anualmente, cantidad más que suficiente para abastecer a miles de familias mexicanas que no tienen acceso a este vital líquido o si lo tienen este es muy limitado, siendo una violación a lo escrito en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a los artículos 11 y 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU.
En respuesta a esta situación, en diversas partes del país se está llevando a cabo una serie de exigencias para que se respete el derecho fundamental de todos los mexicanos a tener acceso al vital líquido. Tal como recientemente se ha visto en la ciudad de Xalapa, la capital de Veracruz, en donde actualmente se vive una crisis en el suministro del agua, como no se veía hace muchos años.
La reacción a dichas peticiones, en algunos casos han sido una serie de excusas para lavarse las manos diciendo que no pueden hacer nada para solucionar la situación actual, sobran las argucias como el mal estado de la infraestructura de suministro del agua ya sean válvulas, tuberías o pipas y que este tipo de fenómenos, al ser imprevisibles no pueden ser solucionados de inmediato.
Parece ser que no se escucha a los inconformes con su petición, pues estos no piden otra más que: 1-. La distribución de agua sea equitativa para toda la población, 2.- que en dicha distribución estén contempladas todas las colonias, escuelas, pueblos, patios de vecindad, fraccionamientos y demás lugares donde se necesite el agua, 3.- que se respete el sistema de tandeos publicados por ellos mismos, 4.- que en donde no se cuente con un sistema de red de agua potable esta sea llevada a través de pipas y que la cantidad programada semanal sea respetada.
De hacer caso omiso a la exigencia hecha por la población, los problemas sociales y la inestabilidad en el país irán en aumento, perturbando así la poca paz existente. Los servidores públicos no deben olvidar que el verdadero poder reside en el pueblo trabajador y que ellos son sólo administradores de los recursos económicos y naturales del territorio, que son los ciudadanos a través del voto que depositaron su confianza en que desempeñarían de mejor manera su tarea. Que al no hacerla así el pueblo no dudará de buscar mejores opciones para futuras contiendas electorales.
Como el tema a desarrollar es demasiado extenso para sintetizarlo en unos cuántos párrafos he decidido dividir este artículo en dos partes. Le pido al lector que esté pendiente de su publicación la siguiente semana.
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