MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Simojovel piden que se haga realidad el sueño de una Universidad

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Simojovel, Chiapas. Roberto se ha dedicado al transporte desde hace algunas décadas, sin embargo, tiene un sueño: que el municipio que lo ha visto crecer, Simojovel, la tierra del zats y del ámbar ubicado en la región De los Bosques, al norte de Chiapas, cuente con una universidad y más graduados de bachillerato continúen sus estudios.

En una carpeta de plástico, el hombre guarda documentos y fotografías de las gestiones que un grupo, pero sobre todo él, ha hecho desde hace varios años para que al pueblo llegue el verdadero desarrollo y los jóvenes no se pierdan en el alcoholismo y las drogas, o simplemente ya no progresen y tengan que trabajar de lo que sea.

Roberto Sánchez Gutiérrez sabe que esta necesidad no le surgió “de la nada”, sino que vio cómo tampoco sus hijos pudieron emigrar. Por ello, cuenta que en el 2002 emprendió una lucha y para ello invitó a conocidos, amigos y compañeros de trabajo.

Para el 8 de noviembre de ese año, en el Auditorio Municipal de Simojovel logró, con el apoyo de un maestro, hacer una reunión y plantear la necesidad de buscar la construcción de una universidad. Ahí se formó el primer comité de gestoría.

Para finales octubre de 2003, y a petición del rector de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) de ese entonces, constituyeron al grupo ante una notaría pública y que de esa forma tuvieran la validez para las gestiones. Sin embargo, se enfrentaban a una traba más: requerían de un estudio de factibilidad, cuyo costo alcanzaba los 1.5 millones de pesos.

Para ello, el senador  en aquella les prometió hacerles ese análisis y lo cumplió: en seis meses se los entregó, con la promesa de que, en caso llegara a ser gobernador de Chiapas, les construiría la universidad que tanto deseaban para Simojovel.

La educación es lenta

Hasta 2020, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), de los casi 53 mil habitantes de Simojovel, la mayoría (62.8 por ciento) hablantes de la lengua tsotsil, el 50.8 por ciento del total contaba con primaria, el 30.7 por ciento con secundaria, mientras que bachillerato o preparatoria el 11.8 por ciento y sólo el 4 por ciento tenía una licenciatura.

Quienes pueden estudiar una carrera ?según el Inegi? se enfocan principalmente en dos rubros o áreas: tecnologías de la información y la comunicación y Ciencias sociales y derecho.

Asimismo, la tasa de analfabetismo se distribuye de la siguiente manera: del total de la población, el 24.6 por ciento no sabe leer ni escribir; de este porcentaje, la mayoría son mujeres (62.1 por ciento) y el resto hombres.

Despertó el desánimo

Para Simojovel, lo que se veía cercano, se complicaba cada vez más. Según Roberto, otro rector de la Unach les prometió dotarlos de al menos 30 computadoras y de esa forma empezar algunas carreras de manera virtual. Sin embargo, los simojovelenses no deseaban eso, sino que éstas fueran de manera presencial.

Y ellos sabían que lo virtual no rendiría frutos. Las cifras lo dicen todo: de acuerdo con datos del mismo Inegi, sólo el 4.2 por ciento de la población total tiene acceso a internet, el 4.71 por ciento dispone de un computador, y alrededor del 49.4 por ciento posee un teléfono celular. 

“Nos pusieron entre la espada y la pared, y tuvimos que aceptar ese proyecto”, recuerda Roberto, quien menciona que Iván Hidalgo, otro munícipe de Simojovel, también les dio la espalda y el desánimo los contagió a todos, pues habían pasado muchos años y no lograban el sueño.

El único que tenía la espinita clavada era Roberto quien, en 2023 y en medio de una pandemia por la covid 19, solicitó una audiencia con el rector de la Unach, Carlos Faustino Natarén Nandayapa, pero tampoco les dio “luz verde”.

Roberto está parado en medio de un salón de un edificio que la Unach construyó en el año 2013 en el ejido Sólo Dios, como a 2 kilómetros de la cabecera de Simojovel. Una construcción que superó los 8 millones 963 mil pesos y que hoy luce desmantelada, sin vida.

Él no ha perdido la esperanza, sigue en pie de lucha. De hecho, advierte que la nueva rectoría, a cargo de Oswaldo Chacón Rojas sí lo atendió e incluso existe la promesa de que la Universidad presencial llegará a Simojovel.

“Tenemos esa esperanza, nos atendió la directora general de Planeación de Rectoría, Mary Idalia Garibaldi Ozuna, y ella me felicitó por este proyecto de muchos años, me animó y me manifestó que el señor gobernador tiene en mente a Simojovel”, destaca.

Lo que ahora tienen que hacer, menciona, es poner en orden toda la documentación y de esa forma iniciar la gestión para construir la universidad, para lo cual se requeriría de al menos 65 millones de pesos.

Educación primero…

En entrevista por aparte, Reyna Ramírez Montoya, directora del plantel 10 del Cecyte-Cecytech, advierte que hay una cantidad importante de alumnos provenientes de localidades de alta y muy alta marginación, y donde la principal fuente de empleo para sus padres sigue siendo el campo. Por lo que ve y respaldar que en el municipio se instale una universidad, un espacio que beneficiaría a los estudiantes y los impulsaría en su preparación académica.

“Sólo algunas personas se dedican al ámbar, pero son muy pocas, entonces los ingresos son mínimos y no les pueden dar una buena educación a sus hijos. ¿Qué hace una persona que gana mil pesos, si mucho, a la semana? ¿Cómo envía a sus hijos a la escuela?”, se cuestiona.

Tras dejar en claro que es complicado cubrir el costo de la canasta básica, reitera que la región De los Bosques está “inmensamente abandonada”, cuando hay alumnos y alumnas, revela, con un alto potencial en diferentes áreas, desde técnicos en ventas y en electricidad.

Lamenta que muchos trunquen su futuro porque es casi imposible que puedan estudiar en Tuxtla Gutiérrez. “Insisto, somos una región muy marginada, y lo sé porque he tenido la fortuna de recorrer todo el estado, y lo puedo decir sin titubear; sólo veamos nuestras carreteras, o el tema de salud”.

No armas, sí letras

Para Reyna Ramírez, quien también es dirigente del Movimiento Antorchista en la región De Los Bosques, la solución ante la inseguridad no es armar a la gente o tener a la mejor policía, sino la prioridad debe ser la educación.

“A la gente hay que educarla, no dándole dádivas, sino que ellos mismos puedan generar sus mismos recursos, ser generadores de la riqueza”, confiesa la entrevistada, quien refiere que Simojovel tiene también mucho potencial en bellas artes.

Iris del Carmen García Hernández, directora de la Escuela Preparatoria Simojovel, turno matutino, ejemplifica por qué es importante que esta localidad ya cuente con su universidad.

“Tuve un alumno muy destacado, tenía muchas ganas de seguir en sus estudios, pero al terminar la prepa se topó con la realidad, y por falta de dinero no pudo salir del pueblo; ahora trabaja para una de las tiendas de acá”, comentó.

Mientras tanto, la infraestructura de la Unach permanece en ruinas, desmantelada, pero con una esperanza: que el espacio donde está podría reactivarse y darles un mejor futuro a las nuevas generaciones de Simojovel y de toda la región De los Bosques.

Ante ello, el alcalde simojovelense Agenor Domínguez Hernández insiste: “Somos el municipio más grande De los Bosques, con 124 comunidades y 56 barrios, y sí tenemos la fe de que esto se logre”.

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